sábado, 2 de mayo de 2009

PAZ

Camino a tu lado
la otoñecida alfombra de las hojas
mientras
la sensación cálida de tu mano
en la mía
diluye en el cristal de la mañana
el cúmulo ensombrecido
de oscuros presentimientos...
Un sol imberbe
nos roza apenas los cabellos
refulgiendo
en la auriargenta luz
de nuestras cabezas unidas
cuando hacia mí te inclinas
para robarme un beso.
Entonces siento
que en leves pompas negras
la fragilidad de mi dolor
se esfuma
y me posee un arco iris florecido
preanunciando
nuestras primaveras
porque en el amor reverdecemos
cada compartido amanecer
entretejiendo
nuestros destinos.
El duende rosáceo de la alegría
de saberme tuya
destrenza de sus dedos
la azulina tristeza
que me invade
cuando te presiento lejos.
Y mi tintineante carcajada
te sorprende
hundiendo el brillito de tus ojos
en la cómplice picardía de los míos
porque en esta mañana
de tu vida, de la mía, de la nuestra,
rubricamos el amor de nuestras almas,
testificando al mundo
de los hombres
que es posible el amor
pues nos amamos
por encima de todo
un universo.

Haydée Norma Podestá

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