jueves, 29 de enero de 2009

CALLEJEROS

callejeros...
con la mirada huidiza de desconfianza;
esa mirada
que no recuerda la inocencia prima
con que nacieron.
amarga la vida,
triste,
larga.
perra la vida.
dolorosa como fundido chorro de plomo
sobre las patas.
siempre hambrientos,
siempre esquivando,
corriendo siempre.
estafados por el destino.
abandonados
con el abandono amargo
de trasto inútil.
desamparados.
perra la suerte,
injusta,
trágica.
defender la vida a tarascazos.
perra la suerte,
dormir tiritando los callejones,
rascando pulgas,
lamiendo heridas,
sin la esperanza de una caricia...
desesperando esa caricia
que nunca llega...

callejeros...
tal vez...un día...
chirriando frenos golpea un auto.
rotas costillas,
largo gemido,
espesa sangre...
casi un aullido que los libera
de las derrotas.
los ojos fieros y desconfiados
se trocan mansos.
de muerte perra
mueren los perros,
los callejeros.
de muerte perra, de pena amarga.
total...son sólo...
deshauciados
callejeros.

Haydée Norma Podestá

miércoles, 28 de enero de 2009

EL GLOBO ROJO

Venía hacia mí.
Un rojo resplandor
surcando el aire.
No pude darme cuenta
si era ilusión o realidad
porque en un instante
lo perdí...

...Y de pronto lo vi allí,
parado delante de mis ojos.
Enorme en su rubicunda redondez,
imagen de mis sueños más profundos.
Estiré las manos para alcanzarlo,
impaciente en mis ansias de posesión.
Pero el globo se alejaba
un poco más
a cada intento mío.
Miré mis manos;
percibía que ya no eran
las de un niño.
Entonces comprendí por qué se iba.
La ilusión no era inocente,
perdiendo los valores la pureza
de la infancia.
Sin darme cuenta
había dejado que el mundo me contaminara.
Le pedí perdón
e hice prometiera
que no me abandonaría por un brusco reventón
sino que se iría desinflando
lentamente
hasta que yo pudiera recuperar
la inocencia perdida
en la distancia.

Haydée Norma Podestá

lunes, 19 de enero de 2009

AMOR, MÁS ALLÁ DE LO DIFÍCIL

Volveremos a nacer de las cenizas.
Hablaremos de amor donde haya odio.
Las montañas moveremos algún día.
Llevaremos en el pecho la esperanza.

Como un tropel galáctico de equinos,
negras nubes de tormenta nos envuelven;
mas renacerá un sol trayendo calma
a este amor sublime que no muere.

La vida, ignota en carga de destinos
conjuró en la cordillera nuestros duendes;
de la entraña palpitante de la tierra
se alzó el magma espiritual que nos contiene.

Podrán decirnos que adorarnos no es posible,
pero el amor no se asienta en papeles.
El amor es la sangre ardiente de las venas
que el corazón dilata y estremece.

Es la etérea suavidad de plumas
sensible en la sutil yema de los dedos.
La caricia que anuncia nuestra cópula
en la hoguera espiritual de nuestro vuelo.

Se irá el tiempo sorprendido de dolores,
las palabras sin sentido, la miseria.
Siempre aguarda un arco iris de albores
prometidos limitando la existencia.

Hazme un nido de ternura entre tus brazos,
mi regazo esperanzado ensaya un hueco
y fundiendo nuestros cuerpos en el otro
nace el génesis vital de nuestros sueños.

Rosario, 18 de noviembre de 2007


...Y sí, la vida es una enorme paciencia y el amor el impulso que la impele hacia los sueños. La vida es rosa y es espinas; algunas veces hay espinas que nos hieren pero hay que saber mirar la gloria de las rosas. Y, por sobre todas las cosas, confiar a ciegas en la persona que amamos, porque el AMOR siempre es entre dos, y si existe la libertad, el diálogo y la confianza entre quienes se aman...los terceros y sus agorerías sobran...Acordate...siempre está la posibilidad del arco iris después de las tormentas...y tu sonrisa es la mejor respuesta a la vida...El amor y la confianza son la paz espiritual de las conciencias... y siempre vas a agradecer la paciencia de confiar y esperar el tiempo feliz de las cosechas...Tengo una familia hermosa...tengo amigos y amigas fabulosos...y un hombre inigualable que me colma la vida...¡¡¡SOY FELIZ!!! ¡¡¡AMO, AMO, AMO...Y ME SIENTO AMADA!!! ¿QUÉ MÁS PUEDO PEDIR A LA VIDA? SÓLO DECIR...¡¡¡GRACIAS!!!¡¡¡¡MUCHAS GRACIAS!!!!!!!!!!!!!
Haydée Norma Podestá

martes, 6 de enero de 2009

REFUGIO

Presiento tu presencia
que se acerca...

Entorno los ojos
anhelando el encierro
de tus brazos.
Seguro refugio
contra los avatares
insanos y penosos
que algunas veces
el cauce de nuestras vidas
rozan.

En la levedad de mi alma
anidas
incendiando
tu ardoroso fuego
mis entrañas.

Después de la tormenta
siempre llega la calma...
y me duermo
en el hueco amante
de tus brazos
susurrándonos,
¡te amo!...

Haydée Norma Podestá

lunes, 5 de enero de 2009

CUATRO HAYKU

UNO

Sierpe del río,
sueña un cielo azulino
desde la pampa.


DOS

El camalote
sueña islotes lejanos
de azules ojos.


TRES
Atardeciendo
rompe su carcajada
algún hornero.


CUATRO

Mi limonero
llora su azahar fragante
sobre el cantero.

Haydée Norma Podestá

AGONÍA

Miró una vez más hacia el mar. Un mar tan invernal como la nieve que lo cubría todo. Un mar fantasmagórico. Con remolinos neblinosos danzando desde la superficie. Pensó en la atracción que ejercía sobre él.
Como desprendidos de su cuerpo sintió sus pies moverse hacia el agua. Uno, dos, tres...cuatro pasos. La irrealidad desconcertante del horizonte se acercaba y se alejaba extrañamente.
Comenzó a olisquear el ambiente. Algo gélido y amorfo le traspasó el cerebro. Trastabilló... El aullido del viento lo arrastraba a la orilla. Recordó otro tiempo y otro lugar cuando también se había sentido atrapado pero entonces, en la algarabía estival. Aquella vez, el canto roto de un grillo lohabía sumergido en oleadas de calor insoportable. Ahora comenzaba a congelarse. En cuerpo y en espíritu.
¿Qué le estaba pasando? Tenía la pesadez de una escultura de hielo, de un témpano glacial y puro... Si lo golpearan, sonaría como una copa de cristal.
¿Qué le estaba pasando?

¿Qué me está pasando, Señor?
¿Qué torbellino me convoca?
¿Adónde me lleva el túnel en que se transforma esta espiral de neblinas?

Uno, dos, tres...cuatro pasos. Y se dejó arrastrar cada vez más rápido. Giraba y giraba. Su cuerpo irradiaba una especie de luz blanquecina, cenicienta. Sintió que partículas luminosas atravesaban cada célula de su ser y lo convertían en un caleidoscopio. En un instante todo él era luz. Algo, como la aflautada música de cañaverales en las riberas de su infancia, se escuchaba. Elevándose cada vez más en el aire, llegó a tocar la nada.
Poco después cayó.
Sin el respiro de una transición. Como un negro títere roto.
Caía.
Una nieve tan lisa como el mar lo recibió...muerto.

Detrás del golpe seco de su cuerpo se apagaron el fogonazo y el eco del estampido de un arma que se estremecía de dolor en las manos de un cazador inexperto.

Haydée Norma Podestá
Primera versión. Este cuento fue reelaborado para su publicación en "Mundo real...mundo imaginario", Granadero Baigorria, Acuarela, 2014. Ver la nueva versión en este blog, con fecha 7/10/14.