viernes, 5 de julio de 2013

MENDIGO


 
Triste humanidad despojada

oculta en el hueco de alguna pared

sombra de una vida errante

de la persona que pudiste ser.

Un hato de harapos, mugriento,

que tiembla de frío cuando muere el sol

en los callejones de tiempos perdidos

de noches con hambre y sueños sin voz.

¿Dónde extraviaste los días de infancia?

El ayer de risas, ¿dónde ocultará

la cálida mano que guió tus pasos?    

Al niño inocente, ¿quién recordará?

Un viento de olvido te nombra

donde la palabra amor se extravió

mientras desovillas tu cuerpo aterido  

buscando el mendrugo que el hambre negó.

Reintentas los pasos, cansino mendigo,            

por calles ajenas, con tu libertad;  

y vas como sombra, perdido en espejos,

despreciando al mundo y su necedad..                                                                                         

Cada día pasa, cada noche vuelve,      

girando inercias en tu carrusel

y muerde la sombra de viejos portales

un sollozo amargo cada anochecer.

 
HAYDÉE NORMA PODESTÁ (Derechos reservados)