Me encuentra la tarde
perdida en el vacío.
La soledad me abruma;
aquí, en torno mío,
vagan sombras lejanas
y momentos perdidos...
A lo lejos canta un gallo
al sol que, mortecino,
envuelve en luz dorada
la viña y sus racimos.
En la torre, la campana
canta con nuevos bríos.
Y a mi lado, las sombras
se elevan...¡ y río!...
¡Oh dulce paz al fin hallada,
qué tibio, qué dulce es tu nido!
Haydée Norma Podestá
(Lo rescato del libro"Esperanza", escrito a mis diecisiete años)
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