Mi amiga
Nora partió…Y uno se pregunta lo mismo de siempre, ¿por qué se van primero los
buenos?
No recuerdo
haberla visto nunca de mal humor. Sí algunas veces con tristeza por esas cosas
con que la vida nos va templando. Pero en contadas ocasiones.
Nora era
siempre la sonrisa y la palabra alentadora.
Parecía
frágil…pero tenía la fortaleza suficiente para ser el pilar de su casa.
Junto a su
familia estuvo presente en todos los momentos importantes de la escuela Paulo
VI y la comunidad de María Reina. Pero muy lejos de ella pedir retribuciones por esa colaboración que
nacía de su corazón .
En su labor
docente, finalmente reconocida con un cargo de Vicedirección donde no sólo se
pudo comprobar lo que sabía por los años de experiencia sino donde aportó lo
que es invalorable, su cariño y su comprensión
para los docentes y su criterio para lo resolutivo. Un lugar que se lo
ganó ella misma, demostrando que tenía la capacidad necesaria para merecerlo.
Se puede dirigir sin ponerse una máscara de rigidez, absolutamente innecesaria.
Mi amiga
Nora partió…y me quedo pensando en todos los momentos atesorados en mi
corazón…También me pregunto por qué se van los tiempos tan de prisa y dejamos
que se lleven tantos otros programados y no realizados…pensando que la vida es
un tiempo infinito donde siempre vamos a tener posibilidades de vernos
eternamente.
Querida
Norita…Charlotte ya nos sería imposible porque cierra…pero buscá algún lugar
donde estás para tomarnos ese té y darnos esa charla que no pudo ser porque un horizonte vida-muerte nos separa. ¡¡Y me duele!! ¡¡Cómo me duele!!
1 comentario:
Recién ahora, en la soledad de casa, puedo llorarte. y en la soledad es donde nos damos verdaderamente cuenta de quienes ya no están más a nuestro lado...aunque resuenen sus voves en el alma y atesoremos sus recuerdos en el corazón...
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