domingo, 27 de febrero de 2011

BURBUJAS

Me desperté con la incómoda sensación de haber dormido mucho tiempo; un sueño profundo del que surgía,  como una chispa que se escapa del fuego de una hoguera y que cruza el aire intentando comprender su destino incómodo de mentirosa estrella fugaz; una trayectoria indecisa para perderse después en la nada, como si nunca hubiese existido.
Estiré los brazos para desperezarme, remoloneando aún los últimos segundos antes de lanzarme al camino diario de las cosas rutinarias, cuando la incómoda sensación de  algo informe y viscoso se pegó a la punta de mis dedos.
Abrí mis ojos a la conciencia de lo que me rodeaba y me encontré atrapada en una burbuja transparente que flotaba en un espacio que no era el conocido espacio terrestre de todos los días. Me rodeaba una sensación de oscuridad luminosa en la que flotaban otros miles de burbujas  cuyas delgadas paredes cristalinas permitían ver que cada una transportaba en su vientre a un ser humano…Cantidades incontables de seres humanos, ataviados algunos de las formas más estrafalarias, otros, correctos y formales, flotando en ese espacio que daba la impresión de asimilar la dúctil movilidad del agua de una pecera. Ninguno parecía darse cuenta de dónde estaba ni percatarse de la presencia de los otros. Flotaban como autómatas programados por alguna máquina invisible que controlara sus movimientos,  respetando el propósito planificado, tal vez,  por un desconocido y también invisible ser racional.
La oscuridad comenzó a disminuir paulatinamente, mientras una luz fantasmal, que proyectaba hacia las esferas todo el espectro del arco iris, se fue apoderando del espacio. Cada habitáculo comenzó a reflejar un color diferente y sentí como una sensación inexplicable que me permitía relacionar el color de aquellos globos ingrávidos con los sentimientos adormecidos en el corazón de sus habitantes. Era casi como si pudiera presentir sus pensamientos. Sin embargo en ninguno de los rostros de los seres con los que me cruzaba pude vislumbrar un atisbo de reconocimiento hacia los otros compañeros de ruta, ni siquiera ese sentimiento  que une  a los que el destino junta impensadamente y que se hallan atravesando situaciones similares. Ningún asombro por  el  extraño encierro, ninguna aceptación del onírico paisaje de aquellas bellas y coloridas burbujas.
Miraba a mi alrededor, ansiosa por captar todos los detalles de cada pasajero que se cruzaba en mi trayectoria, intentando al mismo tiempo reflexionar sobre lo que me estaba sucediendo, cuando, en  aquel preciso punto de mi observación, una burbuja se acercó navegando cansinamente hacia la mía. Un llamado de alerta me conmovió un segundo. Alguien iba sentado en cuclillas en su interior pero sus ojos reflejaban el brillo de una mirada inteligente que parecía responder al asombro de  mi propia mirada.
Nos observamos a través de la delgada lámina. Cada uno en su burbuja flotaba casi impotente en ese vacío acuoso que imperceptiblemente se había vuelto ahora de  color gris ceniciento…No pude contener mi extrañeza por este cambio en el medio dentro del cual  nos movíamos. Giré mi cabeza hacia todos los lados posibles hasta que mi vista se prendió en un punto que emitía una potente luz de color rojo intenso. En medio de una nube  sanguinolenta, se destacaba un chorro grisáceo donde pude percibir unas extrañas partículas. Eran cantidades inimaginables de  cenizas y cenizas; provenían de incontables  seres  que me recordaron la imagen de un Ave Fénix cósmico,  puesto que, por un destino diferente al de los prisioneros de las burbujas, morían y volvían a renacer a lo largo de siglos de dolores y fracasos, como en un castigo impuesto desde el génesis originario. Seres humanos  a los que reconocí, por un  instante de intuición, como poseedores de  mentes lógicas y positivas, destinados a recuperar  su forma de vida terrenal, para así escaparse hacia el insondable límite de nuestro espacio,  desapareciendo, sin conocer jamás  la prisión de las extrañas burbujas de brillantes tonalidades, en el mundo real de todos los días.
“Sobre el fondo gris se reconocen más nítidos los colores” pensé…Y una  respuesta a mi pensamiento se adueñó de mi mente a través del espacio. “Pensáis bien mi distinguida dama”. El tono de voz resonó extrañamente en mi cabeza, sobresaltándome y sacándome de mis pensamientos. ¿Quién respondía de esa manera directamente en mi mente? Repuesta del asombro, paseé la mirada por mi entorno para descubrir pegada a la pared de mi burbuja a la habitada por el hombre de la mirada inteligente. Al verlo, supe que era él quien se estaba comunicando conmigo de aquella extraña manera. Me encontré respondiéndole, casi sin pensarlo.
-¿Pienso bien? Siempre me dijeron que era una rebelde y loca soñadora…En este momento me invade la certeza de que por eso estoy encerrada, por pretender pensar libremente. Mi vida se ha vuelto peligrosa para algunos…
- ¡Pardiez! ¿No estáis muerta?
- ¿Muerta? ¡No! No estoy muerta…Presiento que sólo me abandonaron al derrotero que mi suerte encontrara…Aunque aún no me explique cómo sucedió todo.
- ¿No estáis muerta? ¿Acaso sois un sueño?... Eso me lo explicaría todo, sois parte de mi sueño sobre qué es la vida.
- ¿Un sueño? ¡NO!  Estoy viva, me siento viva…Soy la vida. La vida  de los seres que pretenden pensar por sí mismos y que aún creen que el mundo puede ser un lugar habitable para todos.
- Entonces…sois un sueño…
- Insisto, soy la Vida.
- ¡Ay, mi señora!... ¿La vida?...La vida es  sueño.
Sin desearlo, automáticamente, completé la idea:
-“…y los sueños, sueños son…”
- Así es, mi encantadora señora.
- No concuerdo con esa idea. La vida es sueño, pero los sueños son proyectos de vida en potencia. Son el camino para que las personas lleguemos a la concreción de lo que deseamos, de lo que tenemos como ideales, del plasmar los valores en acciones para beneficio de todos…
Un destello de irónico cansancio le iluminó los ojos.
- Sueños, mi bella dama, sólo hermosos sueños…
- Me niego a aceptar su idea. No podemos pasar por la vida como un sueño que con la aurora se desvanece y ya no existe. ¿Qué valor tendrían nuestras acciones, los resultados de realizarnos en nuestras vocaciones, el sentirnos hermanados con el otro, el pensar para los demás un mundo donde todavía es posible ser solidarios, donde desaparezcan las injusticia sociales, el hambre, el dolor, el frío que atenaza los dedos, los chicos a los que les roban la infancia, la violencia, las guerras…
- Ah, sólo seguís hablándome de sueños…
- Sueños sí, pero de muchos soñadores que creemos en la posibilidad de los cambios favorables para hacer un mundo digno de vivirse a ese pequeño planeta, punto  diminuto en el cosmos,  llamado Tierra.
- Mi soñadora señora. Mirad a vuestro alrededor. ¿Quiénes renacen y se pierden libres en las horas de los tiempos? Los que no sueñan y tienen los pies sobre la tierra. Los soñadores de todas las edades, mi fina dama, estamos encerrados en estas inocuas burbujas, flotando eternamente  en el rincón del espacio que nos ha sido destinado.
Un sacudón imprevisto del material en el que gravitábamos, nos sorprendió. Nuestras burbujas se rozaron comenzando a separarse. Extendí las manos para poder asir las suyas y continuar nuestra conversación. ¡No deseaba volver a encontrarme sola, silenciosa, prisionera eterna de mi cárcel ingrávida! Pero mis dedos chocaron contra la pared de mi encierro mientras el hombre se alejaba  sin ninguna posibilidad de un contacto personal. Nos miramos hasta el fondo infinito de los ojos…le sonreí, con lágrimas de  impotente rabia y dolor…me devolvió una carcajada. Y en ese universo de mundos paralelos, donde devienen  el hoy, el ayer y el mañana; en este universo de seres fríos, lógicos y racionales que viven libres de la prisión de las burbujas infamantes, donde siento que  me condenaron por soñar,  a una vida errante, Calderón de la Barca se perdió en la noche de esa incalificable nada…
“¡Ay, mísera de mí!”…¡Y yo, aquí, atrapada! Atrapada. Atrapada…
Una mano rozó mi hombro. Era un Ángel de luz que, rompiendo con sus alas mi burbuja, me señalaba  un horizonte  por donde comenzaba a asomar un sol que irisaba todo con los colores de un arco iris de esperanza.

Haydée Norma Podestá
Febrero de 2009
Rosario, Santa Fe, Argentina
Derechos reservados

11 comentarios:

Haydée Norma Podestá dijo...

Comentarios de mis escritores amigos de Publimentar
Sergio A. Amaya Santamaría dijo...
Hola Haydée, es la primera prosa que te leo y eres sensacional, muy bueno tu cuento. Te felicito. Besos entusiastas

21 de febrero de 2011 20:03

Haydée Norma Podestá dijo...

Néstor dijo...
"ERA UN ÁNGEL DE LUZ.... ....ARCO IRIS DE ESPERANZA" ¡QUÉ ESPLÉNDIDA FRASE FINAL, PARA UNA NO MENOS ESPLÉNDIDA MUESTRA DE TU TALENTO!
¡QUÉ GRATIFICANTE ES TENERTE ENTRE NOSOTROS.
ESTE RELATO ES UNA LECCIÓN. GRACIAS, MAESTRA.

21 de febrero de 2011 23:18

Haydée Norma Podestá dijo...

josephine ruiz. dijo...
Querida Haydée una Bellisima y excelente prosa salida desde el fondo de tu bella alma amiga te felicito de corazón, por tan hermosa prosa bien hilvanada y bordada te dejo mis besos de siempre mi linda amiga.

22 de febrero de 2011 11:00

Haydée Norma Podestá dijo...

Beatriz dijo...
Hola! amiga, ya vez estoy de vacaciones pero entré a un ciber a leer los post. de mis amigos, me uno al comentario del maestro Nestitor y agrego la excelencia con la que relatas. Un gusto, un placer contar con tu amistad.A la vueta nos veremos. Un beso con abrazo.

22 de febrero de 2011 11:37

Haydée Norma Podestá dijo...

Nana dijo...
PARA MI, MARAVILLOSO RELATO PERO TAN MARAVILLOSO QUE ME ATRAPO, Y HASTA ME SENTÍ DENTRO DE UNA BURBUJA, GRACIAS HERMANA TE QUIERE LA NANA.

22 de febrero de 2011 21:29

Haydée Norma Podestá dijo...

María Rosa dijo...
Un relato atrapador con un final que se las trae!!
muuy bueno
cariños
María Rosa

22 de febrero de 2011 22:12

Haydée Norma Podestá dijo...

Yoyi dijo...
Tu escrito le cae como anillo al dedo a la canción "Imagine" de John Lennon, o al revés. Esa vida, ese pensamiento, ese mundo no debieran ser una quimera; no lo serán mientras siga habiendo personas que piensen que es posible conseguirlo. Relato bien escrito y, sobre todo esperanzador. Me ha gustado mucho, Haydée. Bicos. Yoyi

24 de febrero de 2011 19:06

Haydée Norma Podestá dijo...

xavier dijo...
Rota tu burbuja.... siento tu recorrido cerca de burbujas, esferas flotantes que desean sentir el contacto dérmico de tanta rebeldía insigne en que te enmarcas. ¡Haydée! Me has hecho abrir los ojos hacia adentro y pasearme por un nuevo jardín de las delícias en el que lo oculto renace y lo horrendo se sublima a pura excelencia... luz, mucha luz.... ¡Luz! Tu escrito y VIDA.

25 de febrero de 2011 12:54

Haydée Norma Podestá dijo...

Larisa Pérez dijo...
elevado, muy elevado... poetico, hecho con maestria.

26 de febrero de 2011 00:30

Haydée Norma Podestá dijo...

Nieves María Merino Guerra dijo...
HAIDEE, ES FANTÁSTICO !!!
ME HE QUEDADO IMPRESIONADA. ¡¡ VAYA NARRACIÓN, AMIGA MIA !!.
FELICIDADES DE TODO CORAZÓN.
BESAZOS

26 de febrero de 2011 02:00

Haydée Norma Podestá dijo...

Haydée Norma Podestá dijo...
Muchísimas gracias por los comentarios!!!Abro un minuto la PC entre mis luchas en la Federación de Cooperadoras Escolares y un turno en la peluquería (esta noche me reúno con mis alumnos de la promoción 1982, de Paulo VI)y el leer los conceptos de aliento es como una brisa de aire fresco que me levanta del desgano de la siesta y me da fuerzas para seguir siempre mirando al futuro, con los pies en el hoy. Un beso a todos. Los quiero muuuuucho. Haydée ( a veces Heidi, cuando me invade la nostalgia)

25 de febrero de 2011 15:50