Vivir en la frágil línea de la esperanza y el desencuentro. Todo tiene una solución... Silenciar las voces apagar las noches transformar las horas en interminables días donde un sol perenne alumbre distancias y cegar los ojos y sellar los labios y atar las manos y enterrar los goces y saber que nunca volverán las lunas preñadas del profundo sueño que arrulla tu alma.
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