Los dos, que fuimos idea de
uno,
en nada hemos quedado,
el uno del otro.
Seguimos siendo solos en
nada,
sin ti y sin mí,
uno sin otro.
¡Huéspedes importunos de cuerpos y almas,
distintos de ti y de mí!
¡Siempre la misma historia!
¡Es el amor, me dicen!
Luego, el alejamiento de la presencia
suya.
Después, el olvido, confesión de la derrota,
sin aceleración,
sin descanso.
-¿Nada?-
Muerde carne alma cuerpo.
Manuel María Torres Rojas
3 comentarios:
Este poeta deseante quiere agotar ahora su gratitud hacia ti y te escribe:
¡Bravo por la alondra rosarina! ¡Vuelen hacia ella coronas tejidas con rosas de olor y blancos jazmines!
Manuel Mª Torres Rojas
¡¡¡Muchas gracias!!!Me emocionaste, mi querido y lejano amigo poeta. Amo las flores y me encantan las rosas (cuando vivía mamá había en el jardín 60 variedades distintas de rosales)...pero los jazmines son la flor que más me identifica...¡¡amo el aroma de sus flores y la generosidad con que embalsaman el aire!!Un beso enorme. Haydée
Hablar del amor, una vez que pasa, se siente así. Por eso se expresa de una manera intensa, en la mayoría de veces.
Gracias por tus palabras sobre el cuento. Nos visitamos.
David C.
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