Derribarás un árbol, dos, tres, cuatro,
pero las raíces no.
Siempre hay unas raíces
y unos árboles que se salvan
de los cuales brotan otros.
Encerrarán un ave, dos, tres, cuatro
pero su canto no.
Y hay dos como el aire:
la esperanza y el amor.
La memoria de los ancianos
es el más real de los escritos.
Se oía en el campo y en ciudades,
como el trinar de los pájaros
y como el rayo de sol.
El tirano quería detenerlo,
pero no pudo, no:
en sus propios ojos estaba,
en sus oídos.
Si cerraba sus ojos, lo oía;
si no quería oir, lo veía.
Autor: DAVID ZACARÍAS
Maestro de idioma toba
Pampa del indio, Chaco, 1992
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