domingo, 15 de mayo de 2011

UNA PUERTA...

Juan no supo cómo ni por qué  llegó a la puerta. No parecía una puerta común. Parecía muy antigua, con ese aire de desgaste de las cosas viejas. Extrañas cariátides de amorfos seres rodeados de arabescos que simulaban un mensaje cifrado, la rodeaban.
Una fuerza poderosa lo había ido arrastrando hacia ella en ese atardecer que ya agonizaba en brazos de la noche. El senderito de piedras,  desgastado por otros pasos anteriores a los suyos, se quejaba mientras avanzaba hacia la portada. Sus ojos estaban prendidos al extraño fulgor azulado que emanaba de las hojas cerradas, sintiendo esa fascinación que provocan algunas serpientes en sus futuras víctimas.
A su alrededor un paisaje desconocido se desdibujaba en las crecientes sombras de la noche. Sin embargo, parecía ir cobrando límites más precisos a cada metro de camino recorrido. Algunas cosas comenzaron a resultarle familiares.
¿No era ese roble con sus gruesas ramas extendidas similar al que trepaba de niño? ¡Hasta parecía que de una de sus ramas colgaba balanceándose la hamaca que le hiciera su abuelo!
Su abuelo. Ese hombrecillo callado, con una combinación de tristeza y dulzura en sus ojos claros, cuyos brazos eran el refugio seguro cuando lo atormentaba su orfandad materna.
Como contraluz, la sombría imagen de su abuela se corporizaba a un lado del camino.  La abuela Cata, una mujer dura a quien la lucha por la supervivencia en un medio hostil había endurecido aún más su ceño. ¿O tal vez fuera el dolor por la temprana muerte de su hija?
Juan no podía recordar en qué circunstancias había fallecido su madre. Intentó infinidad de veces traer al presente de su memoria esos días de su primera infancia, pero una pesada lápida pétrea impedía aforar a los recuerdos. Cuando ya encontraba vanos los esfuerzos, desistía preguntándose con amargura por qué causa sucedía esto.
Ya estaba cerca de la abertura. La mano, independiente de su voluntad de no abrirla, se posó sobre el picaporte y lo giró.
Al principio la puerta se resistía, como deseando impedir su paso…Después, con un chillido semejante a un llanto ahogado, giró sobre sus goznes y se abrió completamente.
Una ráfaga con olor a las flores podridas de los cementerios le abrasó la cara.
Sus ojos  se desorbitaron, se le heló la sangre en su garganta ahogándolo como un nudo corredizo en el cuello de un ahorcado y el borbotón de los recuerdos olvidados le atropelló el cerebro. Se destrabaron los cerrojos de la memoria y cayó muerto en el mismo instante en que la respuesta a la muerte de su joven madre se instalaba en su presente final.

Haydée Norma Podestá
Rosario, 12 de mayo de 2011
derechos reservados

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Que bonito me quede con las ganas de saber que le paso a la madre.

Haydée Norma Podestá dijo...

Mi querido/a Anónimo, eso corre por cuenta de la imaginación de cada lector.Un afectuoso saludo. Haydée

Haydée Norma Podestá dijo...

Comentarios en Publimentar 1
xavier dijo...
Mi niña-mujer!!!!!!!!!!! m'has sobresaltado hasta el último punto y final... ¡Que no me puedes hacer eso niña mía...! Repeluz y frío en mis venas y no puedo darte la mano para notar tu tibieza.... ¡No! Que esos relatos me congelan el cerebelo. Te admiro, pero.... me gustas mirando con ojos tibios y un mohín pícaro en la cornisura izquierda de tus labios... ¡Que te apruebo con buena nota, casi matrícula de honor... pero trae una manta de calorcito bello y me harás feliz.
15 de mayo de 2011 20:02

Haydée Norma Podestá dijo...

Chelo dijo...
Ay amiga un relato tan minuciosamente explicado que me has hecho caminar por ese senderito de piedras algo desgastado, ese fulgor azulado, el olor a flores putrefactas, esos ojos desorbitados cuando todos los recuerdos vuelven a su mente y ese trágico e inesperado final…
Ufff me has tenido en suspense todo el tiempo, el caso es que me he quedado queriendo saber más de todo esto.
Felicidades por tu excelente escrito,
Besos y feliz semana para ti.
16 de mayo de 2011 03:18

Haydée Norma Podestá dijo...

Sergio A. Amaya Santamaría dijo...
Querida Haydée, un cuento apasionante que me ha atrapado de principio a fin, final inesperado y elocuente. Magistral. Te felicito y te doy un beso de admiración.
16 de mayo de 2011 11:33

Haydée Norma Podestá dijo...

Maria Rosa dijo...
Tetrico, misterioso, atrapante hasta el final inesperado de la muerte del joven!!
Muy bueno
besos
María Rosa
16 de mayo de 2011 14:23

Haydée Norma Podestá dijo...

Beatriz dijo...
Que relato amiga querida! una belleza, que bien lo haces, aprapa y apasiona. Final sorprendente y doloroso con la presenciade su madre. muy, muy bueno. Felicitaciones y besos.
16 de mayo de 2011 17:29

Haydée Norma Podestá dijo...

Néstor dijo...
¡Una verdadera MARAVILLA! Recién te felicité por tus
...ti tantos, y ahora vuelvo a felicitarte por este relato. Ya lo estoy imprimiendo para leerlo el sábado.
Un fraternal abrazo. Néstor.
18 de mayo de 2011 12:27

Haydée Norma Podestá dijo...

Josephine Ruiz. dijo...
Querida Haydée un relato profundo ,misterioso,
me as tenido con el alma en vilo asta el final un final que no esperaba ,tan trágico con la muerte del muchacho, pero me gusto leerte amiga te felicito, por tu gran capacidad ,para escribir tan lindo besitos.
19 de mayo de 2011 07:15

Haydée Norma Podestá dijo...

Nieves María Merino Guerra dijo...
VAYA TRAGEDIA , HAYDEE....QUÉ GARN REALTO. SUSPENSE....PEGADA HASTA EL FINAL, COMO XAVI, COMO TODOS....¡¡ ES EXCELENTE !!. TAMBIÉN , GENIO DE LAS LETRAS, DOMINAS CUALQUIER GENERO LITERARRIO , TRASMITIENDO HASTA LO MAS PROFUNDO. METIENDO AL LECTOR HASTA LA MÉDULA...¡¡ IMPRESIONANTE TU DON, GRAN ESCRITORA !!...ME HA GUSTADO MUCHISIMO. NO PODÍA SER DE OTRA MANERA.
UN ENORME ABRAZO, MAESTRA. TE QUIEROOOOOOOOOOOOOOOOO
19 de mayo de 2011 08:57

Haydée Norma Podestá dijo...

Yoyi dijo...
Me sucedió lo que a Xavier, pero jugaba con ventaja, leí su comentario y se me pasó el susto.
Muy lograda tu historia, Haydée, con un punto de suspense y misterio que atrapa. Y el final, que deja entrever algo muy grave cuando cae muerto al obtener la respuesta. Felicidades por tan buen relato.
19 de mayo de 2011 14:53