miércoles, 2 de junio de 2010

HOMENAJE AL BICENTENARIO Y A MI CIUDAD


Me llegó por correo electrónico, este artículo sobre Manuel Belgrano, un prócer conocido por haber sido el Creador de nuestra bandera, pero poco conocido por la totalidad de sus acciones. Y , como rosarina, orgullosa de su ciudad y del Monumento que recuerda este hecho tan trascendental para mi patria, ocurrido el 27 de febrero de 1812, en nuestras barrancas bañadas por el río Paraná, deseo compartirlo porque los colores de nuestra bandera, el celeste de los sueños, de las ilusiones y proyectos y el blanco de la paz universal, no pueden ser sólo un adorno en la fachada de los edificios o en los mástiles sino que deben ser carne en la conciencia de cada argentino que desea un destino de grandeza para nuestra patria; y para cumplir este propósito la solidaridad, la justicia social, la igualdad de oportunidades, la no discriminación, el amor por el otro son algunos de los valores que no pueden estar ausentes en la educación, en la vivienda, en la salud, en el trabajo, en la concresión de las necesidades primordiales para vivir con dignidad en un país lleno de potencialidades.


MANUEL BELGRANO.

Por Alfredo Leuco


Si me permite, Don Manuel, me gustaría decirle que usted es el espejo en el que todos los políticos argentinos deberían mirarse. Porque usted hizo el camino inverso de tantos políticos corruptos. La mayoría llega pobre a la función pública y sale rico. La mayoría se enriquece ilícitamente.

Su biografía demuestra que usted hizo todo lo contrario.


Nació rico.

Nació en cuna de oro porque su padre era un importante comerciante. Por eso pudo acceder a la educación a la que accedió. Por eso Salamanca, Valladolid.

Pero se pasó la vida repartiendo su fortuna entre la gente común. Y murió pobre.

Se empobreció lícitamente. Se convirtió en una bandera de austeridad republicana. Usted, justo usted, que es el creador de la bandera convirtió su trayectoria en una bandera y su cuerpo en el abanderado de los mejores valores que debe tener un hombre público que está obligado a servir a su comunidad.

Por eso creo que a 200 años del nacimiento de la patria llegó la hora de pedirle perdón.

Mil disculpas, Manuel Belgrano. Ojalá nos perdone. Y si me permite, como una manera de desagravio, me gustaría decirle gracias por todo lo que hizo por nosotros.

En este Bicentenario le decimos gracias por haber protegido siempre a los mas desprotegidos, a los mas humildes, a los ancianos, a las mujeres y a los indios. Por haber impulsado siempre el progreso y el bienestar de la gente.


Por darle a la tierra el carácter de generadora de riquezas y haber inventado el impuesto a las tierras improductivas.

Progresismo puro.


Gracias por grabarnos a fuego en nuestra identidad esa frase maravillosa que dice que: "el sentimiento de libertad es capaz de transformar en héroes a los ciudadanos mas simples".


Gracias por su combate permanente contra los monopolios y todo tipo de autoritarismo. Por haber sido miembro del primer gobierno patrio.


Por defender la libertad de prensa y la modernización.


Por haber traído de Europa las ideas mas avanzadas de soberanía y emancipación y las tres vigas maestras de la revolución francesa: "libertad, igualdad y fraternidad".


Gracias por la inmensidad de su cultura. Por hablar y leer perfectamente en inglés, francés, italiano y latín. Gracias por haber redactado junto a Mariano Moreno el Plan Revolucionario que se presentó a la Junta.


Gracias por decir que la patria es educación.

Por haber donado sus sueldos para construir la biblioteca pública y varias escuelas (que se construyeron 170 años después).


Gracias por el coraje de haber combatido en las invasiones inglesas y por convertirse en general de la Nación cuando su formación era de abogado, economista, diplomático y periodista. Pese a todo no dudó en tomar las armas y las estrategias militares para defender esta bendita tierra.

Gracias por haberle salvado la vida a la esposa y a la hija del general San Martín.


Ojalá alguna vez nos perdone que lo hayamos dejado morir en la mas terrible de las miserias.

Vencido por las enfermedades y con el único tesoro de su reloj personal para recompensar al médico que lo asistió hasta el final.


Le confieso que me produjo un desgarro en el alma cuando leí que su cuerpo estuvo ocho días sin poder ser sepultado por falta de dinero. Siento vergüenza histórica retroactiva. Por eso perdón y gracias, don Manuel Belgrano. Gracias por la escarapela y por la bandera. Y sobre todo gracias por enseñarnos con la enseña que Belgrano nos legó que : "la lucha por una patria mas justa es la verdadera bandera idolatrada".

2 comentarios:

Sergio A. Amaya Santamaría dijo...

Hola Haydée, qué importante documento has escrito, no solo para la historia y el pueblo de Argentina, sino para toda Latinoamérica. Buena falta nos han hecho muchos Manuel Belgrano en nuestros países. Casi todos en estos años, estaremos celebrando nuestro bicentenario, pero pocos, muy pocos paises pueden sentirse orgullosos de ello, al seguir viendo la pobreza y marginación de importantes sectores de su población. Felicidades, hermano pueblo argentino, por haber sido bendecidos por tal Pro-hombre. Un abrazo sincero.

Haydée Norma Podestá dijo...

Muchas gracias Sergio...El artículo principal no es de mi autoría, sino de quien se indica previamente al texto.Pero sí puedo decirte que siento una honda admiración por el general Manuel Belgrano, de quien cito estas palabras "Que no se oiga ya que los ricos devoran a los pobres, y que la justicia es sólo para aquellos"Un cálido abrazo.