jueves, 13 de mayo de 2010

IMPENSADA FUGA


Como una paloma mensajera

que se posa en el balcón de mi ventana

llegaron tus palabras

a mi oído

penetrando en lo profundo de mi alma.

Una música de tango a lo lejos

desgranaba su queja de nostalgias,

jugueteando en mis recuerdos

sepultados

en el hondo callejón de otras mañanas.

Salí a desandar mis viejas calles

que en otoño se alfombran de rumores,

hundiendo mis pies

en frías hojas

escarchadas por los besos de la noche.

Tendiendo el aire sus dedos asombrados

por la brusca irrupción de mis pisadas,

acarició mi rostro

comprobando

que no era un pasajero del pasado.


...y caminé las calles que despiertan...

...y amanecí en cielos irisados...

...y pregunté al río su canción huidiza...

...a la ciudad robé su asombro de muchacha...


Hice mío el canto de gorriones

que barulleaban en las losas de la plaza,

mientras un adormecido

perro vagabundo

ensayaba el ritmo de mis pasos.

Crucé una esquina sonora de bocinas,

al refilón chirriante de una frenada,

mientras todos los sonidos

de la urbe

mi impensada fuga orquestaban...


...y tuve que enfrentarme

a tus palabras

mientras se desangraba

en mí

la madrugada.
Haydée Norma Podestá



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