Silencioso te deslizas entre mis manos,
tus hojas
amarillentas denotan el paso de los años.
Eres un sueño
que esperó su tiempo
entre las maderas opacas de aquella
vieja y ajada biblioteca.
Un amigo fiel.
en tus páginas busco historias de amor,
investigo los planetas,
recorro el caudal de los ríos…
Me acompañas desde muy pequeña;
silencioso vives en ese solitario lugar,
duermes día y noche
en la ajada y vieja biblioteca.
Lloro entre tus versos mágicos,
doy rienda suelta a mis fantasías;
mis ojos se deslizan sobre tus renglones
transitando caminos de letras.
Allí muero, entre tus páginas abiertas
sobre mis versos de papel.
Maisa
María Isabel Bugnon
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