jueves, 5 de diciembre de 2013

LA CASA Y EL CÁNTARO



No sé por qué duda de mi palabra.
Tal vez porque usted no entiende lo que es vivir en esa casa.. No es una casa como las otras. Es una indignidad de casa. ¡Si la viera! A lo mejor, hace muchos años atrás haya sido una buena casa. No se lo niego. Pero...¿hace mucho que no va por allí?
¿Sabe lo que es cada día atravesar ese matorral que llaman pomposamente "jardines"? Es una guarida de perros salvajes que al menor descuido lo atacan a mordiscones. A las paredes, de tanta humedad, ya ni revoque les queda; puertas desvencijadas y ventanas que golpean con el viento...tum...tum...tum...tum...parece que martillearan la cabeza.
No me mire con desconfianza. Es así, como le digo. Además esa casa tiene vida propia. Se le ocurren cosas y se las trasmite a uno en la cabeza. Yo las siento aquí, ve, aquí, en el medio de la frente. Ella hace que sus ideas se apoderen de uno. Y eso pasó también con el cántaro de barro. Me hablaba, ¿sabe?, me insistía..."Soy el lugar ideal" "Animate, no seás zonza"...Día tras día, hora tras hora, minuto a minuto. Ni de noche me dejaba descansar .
A la vieja, la dueña de la casa, le gustaba ese cántaro; tal vez porque era tan viejo como ella.  Yo miraba el recipiente, lo agarraba a  escondidas, lo daba vuelta entre mis manos y un día, no sé cómo supe que él también me alentaba con las mismas ideas que la casa. Ahora eran los dos que me insistían “No seás cobarde” “¡Hacelo! ¡Vos sos capaz!”  Tan fuerte me  hablaban  que tapaban los gritos de la vieja cuando me ordenaba una cosa tras otra y me llamaba “¡Inútil de mierda!¿Cuándo vas a aprender a ser útil? Apestosa como el sinvergüenza de tu padre. ¡Otra buena pieza! Desapareció sin dejar rastros  y encima tuve que cargar con vos.” Yo odiaba esa voz destemplada que me hablaba mal de mi padre. Cuando él estaba el jardín se cuidaba. No era mala persona mi padre.
En cambio, la voz del cántaro era más dulce; no me menospreciaba; me hacía sentir alguien, alguien con valor. Y su boca se agrandaba cada vez más ante mis ojos. Me invitaba a darle una solución a mis miserias.
Hasta que no aguanté más, tomé el hacha de la leñera, busqué a la vieja en su cuarto y la fui descargando sobre ella; primero con todas mis fuerzas y después más lentamente, con placer, mientras la sangre empapaba mi ropa. Pero yo sabía que no era mi placer. Era el placer de la casa, el placer del cántaro que ya no soportaban más las voces agrias de la vieja. Les hice caso, la fui cortando en trozos y arrojándolos en el recipiente que se retorcía de felicidad en tanto la casa salmodiaba una letanía de liberación.
¡No vuelva a decirme que no me cree! Es así…Si ese maldito perro no me hubiese seguido y enredado entre mis piernas justo cuando pasaba delante de la comisaría, el cántaro no se hubiera roto contra el suelo y usted, señor comisario, nunca sabría que la casa se vengó finalmente de la vieja que la llevó a la ruina.

                            
Haydée Norma Podestá
Derechos reservados

9 comentarios:

Beatriz Graciela Moyano dijo...

Excelente!! Haydeé, muy bien narrado, interesante, le diste un toque ideal a esa trama,
felicitaciones!!Un fuerte abrazo amiga.

Beatriz Graciela Moyano dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Haydée Norma Podestá dijo...

Beto Brom, en "Publimentar"- 5 de diciembre de 2013 11:22
¡Quedé atrapado!, no, Haydée, no por la casa ni por el cántaro, sino por tu pluma que supo atraerme a semejanza de un imán.
He disfrutado la historia, cada detalle descripto, me permitió ver las escenas y casi palpar los pensamientos de la valiente personaje.
Mis sinceras felicitaciones
Abrazotes
B.B.

Haydée Norma Podestá dijo...

Sergio A. Amaya Santamaría, en "Publimentar"- 5 de diciembre de 2013 11:29
Querida Haydée, hoy tu pluma nos lleva por obscuros pasajes, entre las ruinas de la casa olvidada, realmente terrorífica, con un buen final. Te felicito. Besos

Haydée Norma Podestá dijo...

Chelo, en "Publimentar"- 6 de diciembre de 2013 01:44
Tremendo relato muy que bien has sabido llevar con la maestría de tu pluma.
Al final la casa se liberó, muy bueno amiga, te felicito, aunque creéme que te estoy leyendo en la madrugada y me está entrando un miedo que no veas. ayss si es que estas cosas no las debo leer a estas horas jeje,
Besossssss

Haydée Norma Podestá dijo...

María Rosa Leoni, en "Publimentar"- 6 de diciembre de 2013 09:47
Genia! atrapas con tan sutil historia, y lo tremendo es que "ella se lo cree" jaja "si no se hubiera caido..."
Me encantó, de principio a fin, atrapante, interesante, con todas las cualidades que tu sabes poner en un cuento!!
Pd. Deseo que las nubes qu

Haydée Norma Podestá dijo...

Lilian Beatriz Epstein Gel - Uruguaya -en "Publimentar"-6 de diciembre de 2013 15:31
Haydée, aunque suene reiterativo, me has atrapado con tu siniestra historia...
Uauuuuuuuuuuu, ¡se me ha erizado la piel!
¡Que final!
Besos y sonrisas muy azules
Lilian

Haydée Norma Podestá dijo...

María De los Ángeles Roccatto, en "Publimentar"- 6 de diciembre de 2013 18:42
Impactante desde el principio al final...atroz el desarrollo, muy bien escrita.... narrativa, atrapante....y siniestra....felicitaciones, logras mantener el interés del principio al fin.
Felicitaciones nuevamente y un besito.

Haydée Norma Podestá dijo...

Norma Casani, en "Publimentar"-7 de diciembre de 2013 14:30
¡Da miedo! ¡Qué poder el de esa casa! atrapante historia, pero mirá que mala suerte la de esta pobre mujer, ¡ Romperse el cántaro justa cerca de la comisaría! ¡muy buen final! Un placer leerte. Te mando un abrazo.