Este soneto nace de una idea de recetas económicas del
poeta y cantautor Rubén Pérez de Pehuajó y por un
comentario en broma de mi amiga escritora Amalia Isabel
Daibes.
Arvejas
de mi quinta, prisioneras
de la
chaucha que amante las contiene
cual útero esmeralda que las tiene
ocultas de
miradas indiscretas.
Se resiste el alma de la planta
al sentir que maduran en
su seno
pues piensa en los recolectores dedos
que arrancarán
de cuajo esas vainas.
Después vendrán los tiempos de mezclarse
con las otras
arvejas enclaustradas;
de su final destino ignorantes
pues no saben las
verdes ahiladas
que irán, de la cocina, en los estantes,
por un sino voraz,bien
enlatadas.
Haydée Norma Podestá
Rosario, 6 de junio de 2013
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1 comentario:
Haydeé, precioso el soneto a las arvejas !! besotes.
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