por RUDY (
Rodolfo Darío Ramos )
Era, para el Maestro, el primer día de clases
del año y enfrentaba un nuevo curso. Mientras tomaba lista de asistencia, al
nombrar al alumno Bóveda creyó oportuno preguntar si recordaban las palabras
esdrújulas. El silencio era abrumador. Reiteró la inquietud silabeando
ES-DRÚ-JU-LAS. Nada obtuvo del otro lado. Por allí un alumno levantó la mano.
Pero era una solicitud para ir al baño…O por lo menos eso creyó él.
Y así interpretó que los alumnos se veían
abrumados por la nueva Dignidad Aúlica que él representaba y entonces recurrió
al humor como para descomprimir y dijo: “- Ustedes con las esdrújulas van a
tener un problema, agudo; espero que no sea tan grave”…Del otro lado no obtuvo
NADA.
Decidió recurrir entonces a la verba
inflamada y tocar el orgullo de esa comunidad estudiantil. Les habló del
sacrificio de los padres, de los beneficios de la sabiduría, de la complejidad
de las almas felices, del ahínco y el tesón…Y allí se detuvo, y preguntó si
esos vocablos, ahínco y tesón, les sonaban. Un alumno, entonces, se paró y dio
a entender que ahínco y tesón eran dos vocales de la Primera Junta de Gobierno
patrio…O por lo menos eso creyó él.
Pero el Maestro no claudicó; se sacó la
corbata y el saco, abrió su camisa y aprovechó el llamado de la historia y
preguntó:-¿Conocen la marcha de San Lorenzo? Y entonces, después de un rato y
de un prolongado silencio, un alumno dejó ver abriendo su delantal tímidamente,
una camiseta de fútbol con los colores del Ciclón de Boedo y el Maestro creyó,
que con sus gritos hacía referencia a la marcha de los hinchas de dicho club
porteño para volver a sus tierras, a las que pertenecían, a su nuevo estadio, a
sus raíces…O por lo menos eso creyó él.
El Maestro, tozudo, se desató los zapatos y
aflojó el cinturón y entonó…”Febo asoma”…y se detuvo a fin de indagar a qué se
refería el vocablo “Febo”. Una alumna se señaló las botitas, que llevaba con
suela de goma donde se veía la afamada marca “Febo”. O por lo menos eso creyó
él.
El Maestro transpiraba frío, y mientras se
descalzaba y arrancaba los botones de su camisa de uno en uno, prosiguió…”ya
sus rayos iluminan el Histórico Convento”…e indagó con voz trémula recostado
como escuerzo sobre la tarima que alzaba el escritorio:-¿Saben qué es el
Histórico Convento?¿Saben no? Un alumno dibujó en el pizarrón que un Histórico
Convento era un vecino suyo, maduro, solterón, con mucha plata, al que apodaban
“el Histórico Convento”…O por lo menos eso creyó él.
El Maestro, optimista, ya sólo con un slip
por sobre toda la vestimenta, pensó: vento, del lunfardo, igual a plata;
coloquialmente igual a dinero,igual a moneda de curso legal, pero prefirió no
preguntar más nada. Y siguió tomando asistencia, pero notó que nadie quedaba en
el aula, ya que en uno de sus movimientos espasmódicos los alumnos
interpretaron que los invitaba a salir al patio…O por lo menos eso creyó él.
Solo, desnudo, exánime vio como entraba un
bedel al salón de clases y le pedía disculpas porque se había equivocado al
darle esos alumnos, ya que ellos eran un curso de alumnos sordomudos de
Misiones, que venían buscando una experiencia escolar distinta.
“La enseñanza es lo último que se
pierde”
Rosario, 2019
1 comentario:
Un cuento que me hizo llegar mi hija Adriana de un conocido suyo. Un poco loco...pero original la idea. Espero poder leer otros trabajos de RUDY, como firma.
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