Preparé las copas
porque te esperaba.
Las secas hojas del otoño
me ilusionaban tu presencia,
presentida
intangible
imaginada
en largas noches sometidas
a la paciencia del tiempo...
el que se fue,
el que anhelaba
cada anochecer
y cada madrugada.
Preparé las copas
para tu regreso,
prometido
en la dorada estación
de nuestras vidas.
La que te traería
en el danzar postrero
del follaje mustio.
Tendí mis manos de ilusión
hacia el camino
y vertí el vino
para esperarte junto
al tintineo
de las copas,
del abrazo y de los besos...
Pero la muerte
apresuró las horas
y te ofreció ella
el último brindis
con un largo beso
entre el glacial invierno de su abrazo.
Las secas hojas del otoño
me ilusionaban tu presencia,
presentida
intangible
imaginada
en largas noches sometidas
a la paciencia del tiempo...
el que se fue,
el que anhelaba
cada anochecer
y cada madrugada.
Preparé las copas
para tu regreso,
prometido
en la dorada estación
de nuestras vidas.
La que te traería
en el danzar postrero
del follaje mustio.
Tendí mis manos de ilusión
hacia el camino
y vertí el vino
para esperarte junto
al tintineo
de las copas,
del abrazo y de los besos...
Pero la muerte
apresuró las horas
y te ofreció ella
el último brindis
con un largo beso
entre el glacial invierno de su abrazo.
Haydée Norma Podestá
Rosario, 28/7/15
No hay comentarios:
Publicar un comentario