oculta en el hueco de alguna pared
sombra de una vida errante
de la persona que pudiste ser.
Un hato de harapos, mugriento,
que tiembla de frío cuando muere el sol
en los callejones de tiempos perdidos
de noches con hambre y sueños sin voz.
¿Dónde extraviaste los días de infancia?
El ayer de risas, ¿dónde ocultará
la cálida mano que guió tus pasos?
Al niño inocente, ¿quién recordará?
Un viento de olvido te nombra
donde la palabra amor se extravió
mientras desovillas tu cuerpo aterido
buscando el mendrugo que el hambre negó.
Reintentas los pasos, cansino mendigo,
por calles ajenas, con tu libertad;
y vas como sombra, perdido en espejos,
despreciando al mundo y su necedad..
Cada día pasa, cada noche vuelve,
girando inercias en tu carrusel
y muerde la sombra de viejos portales
un sollozo amargo cada anochecer.
HAYDÉE NORMA PODESTÁ (Derechos reservados)
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