"La cerca inconclusa" de Haydée Norma Podestá, óleo, 1974.
Rueda el auto su monotonía
mecánica
mientras los dorados otoñales
se deslizan
por presencias sucesorias de árboles
inmóviles
en la fresca geografía
matinal.
Un sol pálido
como masa de pan sin horneadura
esconde su vergüenza
tras las nubes,
haciendo más descolorido
el paisaje.
Como una pátina velosa
cubre las cosas
que se acercan
y se alejan
antes de que la mirada
pueda retenerlas.
Pasan
y me dejan
como se va la vida
con sus años,
llevándose los sueños,
descabezando realidades,
fundiendo en la maraña
de los tiempos
los hechos que conforman
la existencia.
Cada rodar de las ruedas
me acerca
a mi destino nuevo.
Cada rodar de las horas
me aleja
de mi historia vieja.
Los silencios,
las risas compartidas,
las caricias de amor,
alguna lágrima
y esa amalgama de emociones
que en mi sangre late
y me conforma
como forman mis huesos
mi presencia.
Como la serpiente que abandona
la vieja piel que ya no sirve,
la muchacha que fui
quedó perdida
en el arenal del tiempo fenecido.
Ahora soy esta mujer de piel cansada
riendo la misma risa cantarina;
con algunos sueños menos por delante
pero intacto...
¡mi gozo por la vida!
Haydée Norma Podestá
Buenos Aires, 7/5/2011
Buenos Aires, Argentina
Derechos reservados
mecánica
mientras los dorados otoñales
se deslizan
por presencias sucesorias de árboles
inmóviles
en la fresca geografía
matinal.
Un sol pálido
como masa de pan sin horneadura
esconde su vergüenza
tras las nubes,
haciendo más descolorido
el paisaje.
Como una pátina velosa
cubre las cosas
que se acercan
y se alejan
antes de que la mirada
pueda retenerlas.
Pasan
y me dejan
como se va la vida
con sus años,
llevándose los sueños,
descabezando realidades,
fundiendo en la maraña
de los tiempos
los hechos que conforman
la existencia.
Cada rodar de las ruedas
me acerca
a mi destino nuevo.
Cada rodar de las horas
me aleja
de mi historia vieja.
Los silencios,
las risas compartidas,
las caricias de amor,
alguna lágrima
y esa amalgama de emociones
que en mi sangre late
y me conforma
como forman mis huesos
mi presencia.
Como la serpiente que abandona
la vieja piel que ya no sirve,
la muchacha que fui
quedó perdida
en el arenal del tiempo fenecido.
Ahora soy esta mujer de piel cansada
riendo la misma risa cantarina;
con algunos sueños menos por delante
pero intacto...
¡mi gozo por la vida!
Haydée Norma Podestá
Buenos Aires, 7/5/2011
Buenos Aires, Argentina
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