Naciste un 4 de enero hace 45 años...
Fuiste la ilusión de una mamá demasiado joven, demasiado inexperta, demasiado tironeada por los encontrados conflictos familiares...
Pensamos para vos el nombre de tus dos abuelos, Luis, para seguir la tradición de la familia paterna y César por mi papá.
César Augusto, ese abuelo que no llegaste a conocer porque la vida se le acabó demasiado pronto y que, sin embargo, se continúa en la larga tradición de Augustos y Agustines que proliferan en la familia.Por suerte, la misma vida que a veces nos quita a los seres más queridos, te regaló otro abuelo, Victorio.
Luis, el abuelo que ingresó en la historia santafesina...el abuelo que arrastraba los recuerdos de una infancia con dolores...el abuelo que fue un apoyo económico...el abuelo que estaba muy orgulloso de vos, aunque no supiera decírtelo con palabras, porque fuiste el primogénito varón.
Fuiste el que me hizo descubrir con asombro de primeriza las sensaciones del hijo que viene...y el que más soportó los errores de las luchas por sobrevivir y de las inexperiencias.
Hoy, en que puedo abrazarme a vos y sentirme protegida contra tu pecho de hombre fuerte, quiero decirte cuánto te quiero...¡¡mucho, muchísimo!!...y agradecerte por haber llegado a mi vida, por estar en ella, por la mujer que elegiste, por los dos hermosos nietos que me regalaste, por existir...
Luis César, te amo...¡¡¡Infinitas gracias a Dios por haber permitido el maravilloso milagro de que engendraras en mí!!
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