DOLOR PROFUNDO

Para mi amigo chileno Reinaldo Muñoz Larrea.
Para mis hermanos chilenos.

El viernes a la mañana conversamos, como algunas otras mañanas, en las que cada uno entra a la PC por su trabajo. Nada nos hacía presentir que la paz se convertiría en tragedia. Que el habitual saludo de despedida, despreocupado y risueño, encubría las horas del dolor.

Porque mi sábado amaneció como tantos otros...risueño y despreocupado...hasta que la risa se trocó en preocupación y dolor.
Dolor por las noticias que hablaban del epicentro del terremoto en la ciudad donde trabajás, Concepción...porque pensé que Talcahuano está muy cerca. Porque las imágenes eran tremendas...porque la impotencia es desesperante...porque no se halla explicación a la furia desatada de la naturaleza...a la muerte y al sufrimiento de tantos seres humanos, algunos conocidos...la gran mayoría desconocidos, pero hermanados por la tragedia en los corazones de todos.
Preocupación porque los teléfonos no se conectaban, por no saber si se recibían los mensajes enviados, porque no llegaban respuestas de las búsquedas en internet...por no saber cómo estabas, que te habría sucedido, cómo estaba tu familia.

Mi querido amigo Nanito...llegó esta tarde tu mensaje mientras comentaba una vez más mi preocupación por tu destino...breve ("Estoy bien. besos") pero tremendamente consolador...
Y en vos, resumo todos mis sentimientos por mis hermanos chilenos... la alegría por los que están bien, por los que se salvaron, por los que van recuperándose, por los que se reencuentran...el dolor y las condolencias por los que ya no compartirán las horas de la vida, porque se cercenaron incomprensiblemente sus posibilidades de ser.
Mi corazón eleva una plegaria por todos...por los que nos dejaron...por los que están...para que la paz atempere tantas aflicciones y se halle consuelo a tanto dolor.