Foto: Haydée Norma Podestá
Aún no ha sido escrita
la última melodía de amor
ni ha sido dicha
la palabra postrera por la paz.
Aún faltan los trazos delineantes
de infinitos senderos
en la cara palpitante
de planeta.
y el surco invisible de algún barco
que cierre el ciclo de estelas
dejando congelado los océanos.
No ha llegado
la inmovilidad del aire
ni la quietud del fuego
no nació la última hoja que será agitada por la brisa.
ni galopó el último caballo
ni se quebró en el alba su relincho.
Hay escondidos cantos de cigarras,
un revolotear de mariposas blancas
que encienden la lámpara sutil de las estrellas
mientras cada hora engarzará el ciclo inalterable
verano, otoño, invierno, primavera.
Todavía parirán las madres
generaciones de hijos de la tierra
y se escucharán sus pequeños llantos
en la urdimbre inicial de la existencia.
Aún hay un guiño de aurora
en la traza fugaz del horizonte.
Todavía asoma el sol cada mañana:
la guerra no pudo cercenar la magia de la vida
brotando de los sucios escombros
de la muerte.
Todavía la humanidad sueña futuros.
No todo se ha perdido.
Aún hay esperanzas…
Haydée Norma Podestá
13/2/17
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