Tu cristalina
transparencia
de los días de mi
infancia
se ha perdido.
Entre los canales de
tus islas
ya no puedo
hundir mis manos
y beber sin miedo del
agua que contenga
el cuenco de mis
manos.
¿Qué te han hecho?
Un cordón de fábricas
se adueñaron de la
geografía costera
que antaño verde vida
sustentaba
y en desidia
impúdica,
vierten en tu caudal
generoso
los desechos que
envenenan,
poco a poco,
tu corriente.
Hoy te adornan
un collar de peces muertos
y la mancha
oleaginosa de petróleo que derraman
las fugas de los
barcos.
Miro los azules ojos
de los camalotes
que descienden hacia
el delta
y su llama violácea y
verde
pone una chispa de
esperanza en los míos.
Entonces mi alma
eleva una plegaria:
Espíritu del río,
haz que en algún
mañana
recuperes
la pureza redentora
de tus aguas.
Haydée Norma Podestá
Rosario, 15/3/15
No hay comentarios:
Publicar un comentario