I Certamen de Cuentos Cortos “Al lado del fuego”, 2012
de S.A.L.A.C.-(Sociedad Argentina de Letras, Artes y Ciencias) - filial San Genaro, Santa Fe-Argentina
La nubes plomizas, abovedadas, escondían un cielo supuestamente celeste, allá…arriba…donde la mirada no podía penetrar.
El bulto encontró refugio contra una pared de la vetusta fábrica, desmigajada en su abandono casi trágico. Había pasado la noche tiritando, no sabía si de fiebre o de frío o de bronca amarga o de impotencia por su destino.
La grisácea claridad del cielo invadió las fibras del día.
El bulto inmóvil, con esa fatalidad de las cosas inmóviles por inercia, poco a poco fue despertando a la vida. Separó las piernas del ovillo nocturno y extendió un brazo, tanteando el suelo alrededor suyo. Con mano ávida buscó el pedacito de carbón que le quedaba y lo aprisionó entre los dedos.
Mientras tanto, el día sucio de gris, se acomodaba entre las ramas de los árboles.
Con dificultad, el bulto se fue alzando desde el suelo hasta lograr apoyarse, lentamente, en la pared descascarada. La recorrió con la mirada hacia arriba, frunciendo el ceño, entrecerrando los ojos.
Las ramas de los árboles encarcelaban en su entramado desigual al cielo lluvioso.
Inseguro, con el poquito de calor que lo acariciaba en el hueco íntimo de su raído sobretodo, hizo un esfuerzo y rayó sobre un trozo de revoque que se resistía al tiempo, ese pensamiento que lo atormentaba desde hacía mucho.
Desde su cárcel enramada, el cielo goteaba cristales de luz sobre el pelo enmarañado.
El bulto movió apenas los labios, leyendo en silencio su torpe escritura.
El pelo humedecido enmarcó su rostro en un loco intento de ser barba mezclándose a los desgreños encanecidos de la misma.
Después, el bulto giró moviéndose hacia adelante jugando a tropezar con la vereda rota- o con la vida- para caer de espaldas sobre la calle enloquecida de vehículos.
Las cenizas del día se desgarraron con un chirrido de frenos, un golpe sordo, un silencio sorprendido para estallar en voces alteradas.
Bebiendo el agua sobre la calzada, la borrosa barba del bulto, entintecida ahora de un rojo cálido, se interrogaba por qué junto a ese cuerpo flácido al que acolchonaba el pecho, se amontonaba tanta gente que gritaba…
La gente con esa curiosidad indiferente frente a la muerte inesperada que se presencia en una calle cualquiera, formando un círculo de piernas apelmazadas alrededor del bulto, no pudo percibir cómo los diminutos cristales de lluvia acerada entretejían una corona de luz resplandeciente sobre la cabeza de ese linyera que recorría los barrios con trocitos de carbón apretados como tesoros, en sus manos.
Tampoco vio como sobre un trozo de pared encalada de la destartalada fábrica, alguien impercibido, escribía con mano firme
La lluvia, poco a poco, se despegaba del día gris, el cual desperezó un rayo de sol sobre ese bulto de un soñador tirado en aquella calle igual a tantas otras calles de la vida.
Haydée Norma Podestá
Rosario, 10 de junio de 2012
Santa Fe, Argentina
Derechos reservados.
12 comentarios:
Mis más sinceras felicitaciones.
Un beso.
¡¡Muchas gracias, Teresa!! La vida me sigue regalando sus sorpresas...¡¡es maravillosa!!!Un beso.Haydée
Toti Genoud muy bueno Haydeé,un abrazooooo- 14/9/12 en Facebook
Silvia Negrello HERMOSO HAYDÉE ME ENCANTÓ FELICITACIONES!!!!!!!!!!!!!!!!!!!- 14/9/12 en Facebook
Lidia Forno Calvet Felicitaciones!!! Bsssss. En Facebook, el 15/9/12
Sergio A. Amaya Santamaría en "Publimentar" - 16 de septiembre de 2012 13:51
Querida Haydée, estremecedor, realista y cruel, todo ello lo he sentido como si ,o estuviera viendo. Cuantos "bultos" hemos visto en la vida y solo pensamos que "ha de ser un vicioso", sin pensar que todo hombre tiene un pasado y un "por qué" de su vida. Excelente relato. Te felicito. Besos cariñosos.
Maria Rosa Leoni en "Publimentar" -16 de septiembre de 2012 18:55
Muy real Haydee, triste y certero golpe de la vida a esos seres anónimos, esos¨bultos¨ como los llamasteis,esos soñadores que la vida le robó las esperanzas.
Hermoso!!
Cariños
Felicitaciones querida prima.Desgarrador relato de una vida triste.- Lamentablemente hay muchos seres así,en las ciudades. Besitos.
Es un cuento precioso, un muy merecido premio, por su llamado a la humanidad ¡ Felicitaciones !!!
Muchas gracias Julia; nosotros tenemos un ser parecido en nuestra iconografía ciudadana, Cachilo; y aunque su fin no fue igual, sí es cierto que escribía sus versos como grafittis en las paredes de Rosario. Un beso.
Muchas gracias, Luna de Cristal, por tus palabras. Entré a tu blog, pero no hallé aún ninguna entrada, ¿es posible eso o algo fallò en la conexión? Un beso.
Lo leí con voracidad, ya veo porque has ganado.
Eres grande amiga poeta.
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