Quiero calmar mi sed
bebiendo la infinita
gota de tu icor.
Apasionado.
Llego a tu entrañas
con el vértice acerado
de mis ansias.
Te besaré desde el dedo pulgar
hasta tu pelo
para sentir el amor
con los cinco dedos de la mano.
Y ese amor
tendrá brazos
tendrá todo,
labio, mandíbula
todo, todo ...
Entonces tu cuerpo
en frenesí
inventará
un rítmico vaivén
convertido en grito común
en nuestros labios.
Y nuestros labios
tienen todo,
todo todo,
no sólo la palabra;
hasta el cielo universal
de nuestras ansias.
Ansias mías
mías y tuyas
en hostia común
no comulgada,
derretidas por el sol
universal de nuestros sueños. Jeme Mazzetti Burga
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