Detrás de todos los ángulos de todas las esquinas,
en las escaleras caracol umbrías y herrumbradas,
en la oscuridad palpitante de los cines,
prendida de la mano de alguna luna profética de sueños preñada,
en los escondrijos perturbadores de los baldíos,
haciendo equilibrio sobre los cables tendidos de húmedos callejones,
reptando sobre los estridentes gritos de las manifestaciones,
en el agujero fétido de las bocas de tormenta,
saltando por las ramas de los árboles,
oculta en el vientre de quimérico cetáceo,
en los estremecedores túneles de enloquecidos subterráneos,
bajo la piel olvidada de míticas serpientes,
en la terrosidad gris de los cuartos de trastos viejos,
en el deslucido sol de invierno,
bajo las farolas desdibujadas en las noches neblinosas,
detrás de alguna puerta atascada,
permito a mi corazón que se pregunte
si alguna vez me extrañas…
Porque en la luminosidad de las mañanas
cuando los que me aman y rodean y están conmigo
en esta senda que se aleja tercamente de tus pasos,
me miran y me cuidan y me miman
y sufren si yo sufro por tu ausencia,
pinta el olvido su sonrisa de otros sueños presentidos
para hilvanar los días que debo continuar viviendo…
Y no permito a mi alma que te extrañe
más que en algún brumoso recoveco.
Haydée Norma Podestá
Rosario, 7 /7/11
Santa Fe, Argentina
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