Recostada en el marco de la misma perdí la vista en su silueta lejana .
Unas nubecitas casi transparentes la envolvieron por breves momentos.
Después una bandada de bandurrias en nocturnal y extraño vuelo tomó como fondo la luminosidad para sus siluetas de ébano.
El viejo sauce agitó sus ramas enmarcándole una rizada cabellera.
El concierto de los grillos alternaba sus notas celebrando tanta hermosura.
Un caminito lunar se tendió entre el astro de la noche y mi presencia.
Vi trepar a una niñita forcejeando su triciclo.
Después a una alumna de primaria con sus libros.
Casi atropellando, envuelta en una risa de cristales nuevos, apareció una adolescente.
Más tarde caminó una novia la alfombra tenue de la senda.
Apareció una madre con sus tres chiquillos.
Y en un gigantesco remolino de recuerdos, me vi a mí misma escalando ese sendero.
Entonces…ya no supe si era yo mirando a la luna o si, realmente, era la luna quien me observaba a mí.
Haydée Norma Podestá
Rosario, 27/2/11
Santa Fe - Argentina
Derechos reservados
No hay comentarios:
Publicar un comentario