Oh camalote, flotante isla verdiazul del agua.
Oh saucedal ondeante que besa al río con sus ramas.
Oh surubí que saltas, arlequín instantáneo, pirueta extraña.
Oh nube, reflejada en el espejo caminante que no aguarda.
Oh pájaro que cruzas un momento y te pierdes en la nada.
Oh pescador, duro y sombrío, que denuncias tu hambre con la tanza.
Oh velero que en rauda estela te escapas.
Oh mi sangre fluvial que se dilata.
Oh mi carne pluvial que se recarga
con el río, el camalote, el pescador,
la nube, el pájaro
y el saucedal
que tiembla
y que me abraza.
Haydée Norma Podestá
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