Para Jeme.
Te presiento en el silencio de las frondas encalmadas
cuando anochecidas horas las despojan de sus verdes
mientras una pátina oscura las cubre lentamente
y el compromiso de la vida se oculta en la alborada.
Gentil te inclinas como el amor trigal hacia la tierra
cuando besa su gravidez el viento libre de la pampa,
para cubrir con tu ternura mi gravidez del alma
que preñará tu sombra desde la plenitud que encierra.
Renaceremos entonces en todas las madrugadas
que pintarán imberbes soles pariendo horizontes
porque en infinito amanecer gestamos nuevas voces
y en cada segundo de amor, nuestras almas se entrelazan.
Completud de amor vibrando al mismo ritmo,
del principio al fin, idéntico destino.
Haydée Norma Podestá
Rosario, 12/10/12
Santa Fe, Argentina
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