Fantástica luna de plata
espiando sueños dormidos;
en el portal de la noche
un marco de estrellas brilla
sus destellos diamantinos.
Nocturna es la introspección
de los mundos personales;
realidad de nuestra esencia,
seres creados y creadores
de la trama de la vida.
La fuerza que nos sostiene
nos ilumina el sendero;
somos únicos, valiosos,
incomparables criaturas
con naturales talentos.
Cada cual tiene una estrella
que es norte de su destino;
en su absoluto silencio
la armonía de los mundos
vibra voces de misterio.
Incógnita existencial
el devenir de los tiempos:
penetramos en el túnel
de este viaje sin regreso
abrazando los recuerdos.
Y despertamos un día
a la realidad de un sueño
-vamos soñando despiertos-
mientras desandan los pasos
las arenas del misterio.
Recoge vibrante imagen
de nuestra vida, el espejo
inmaterial de este cosmos
que habitamos como cuerpos
reflejando los silencios
del alma que nos destinan
desde el génesis primero.
Así, un día entre tantos
sólo espíritu seremos
para vagar los espacios
de un vital mundo eterno.
A ese mundo de espíritus
muy juntos lo habitaremos.
Haydée Norma Podestá